DE LOS RAYOS A LOS ALISIOS: LA TRAVESÍA OCEÁNICA DE LOS SALTY CRUISERS HACIA LAS ISLAS VÍRGENES BRITÁNICAS
Anaïs, Elliot y su perro North, también conocidos como The Salty Cruisers, comparten historias de su reciente travesía entre Annapolis y las Islas Vírgenes Británicas.
Para empezar, ¿pueden contarnos un poco sobre ustedes?
¡Hola, familia North Sails! Somos Anaïs, Elliot y North, el tripulante de cuatro patas que insiste en dormir la siesta durante las guardias nocturnas. Si has seguido nuestro viaje en Instagram (@the_saltycruisers), sabrás que recientemente navegamos desde Annapolis hasta las Islas Vírgenes Británicas. Fue una experiencia inolvidable: más de 1.700 millas náuticas, 10 días en alta mar y todo un abanico de estados de ánimo del océano.
Estamos encantados de colaborar con North Sails Performance Clothing, no solo por el equipamiento (que, seamos sinceros, nos salvó el pellejo más de una vez en esta travesía), sino porque compartimos el mismo espíritu de aventura, resiliencia y profundo respeto por el mar.
¿Qué los inspiró a viajar desde Annapolis hasta las BVIs?
Después de que un rayo en las Bahamas quemara casi toda la electrónica de nuestro velero Rum Diary (navegación, comunicaciones, piloto automático, refrigeración), al final de la temporada caribeña de 2024 nos encontramos con un barco casi inutilizable. Estábamos en estado de shock, pero no había tiempo para lamentarse. Era finales de mayo y nuestra póliza de seguro no nos cubría en la zona de huracanes más allá del 1 de junio. Y las Bahamas estaban justo en el centro. Teníamos que movernos. Rápido. Sin electrónica, navegamos Rum Diary más de 1.000 millas náuticas hacia el norte, hasta Annapolis, casi a ciegas, casi a la antigua.
Ese verano fue pura determinación. Desmontamos el mástil, recableamos todo el barco, reconstruimos los sistemas desde cero. Sangre, sudor y cables. Para el otoño, Rum Diary era más fuerte que nunca. Pero aún no la habíamos probado en alta mar. Así que, con el fin de la temporada de huracanes y el frío acercándose, volvimos a apuntar hacia el sur: una travesía de 1.700 millas náuticas de regreso a las Islas Vírgenes Británicas, un lugar del que nos habíamos enamorado la temporada anterior. Soñábamos con volver a esas aguas cristalinas, hacer kitesurf en Eustatia Sound y disfrutar de la magia relajada de las BVIs.
Diez días en el mar. Tres personas a bordo. Un barco reconstruido. Esta era la verdadera prueba para descubrir de qué estaba hecha Rum Diary. Y de qué estábamos hechos nosotros también.